Los neumáticos son el único elemento de contacto entre el vehículo y el suelo. Por ello es esencial, para un rendimiento óptimo y sobre todo para la seguridad, mantener la presión de los neumáticos recomendada por el fabricante.
¿Por qué viajar con neumáticos correctamente inflados?
Tu neumático pierde regularmente pequeñas cantidades de aire. La goma no es completamente resistente al agua y por lo tanto, puede perder alrededor de 0,1 bar por mes.
Esto puede tener 3 efectos
- Una conducción poco precisa
- Un desgaste rápido e irregular
- Un consumo excesivo de combustible
La presión insuficiente es el enemigo número 1 del conductor. Casi el 15% de los accidentes mortales en la autopista en verano, se deben a la baja presión de los neumáticos.
¿El exceso de presión es peligroso?
Si los neumáticos están con una presión baja (presión sub-20% puedes tener desgaste un prematuro del 25%), el exceso de presión provoca que sólo el centro de la banda de rodadura esté en contacto con el asfalto. Produce un riesgo de tener baja adherencia, aumento de la distancia de frenado y un aumento de desgaste en los neumáticos.
¿Cuándo controlar la presión de los neumáticos?
La presión de los neumáticos hay que revisarla regularmente (cada mes y antes de un viaje largo).
La presión puede variar entre la parte delantera y trasera, según lo recomendado por el fabricante.
Los tapones de las válvulas deben estar fijados correctamente porque protegen del polvo y la suciedad. Si faltan, se recomienda instalar otros inmediatamente.